Tuesday 15 May 2018

Era divertido.

En el 2015, mi madre abrió un negocio con la ayuda de una amiga de hace mucho tiempo, mi hermana y yo.

Mi madre se había separado temporalmente de mi padre (a quién confinó a un departamento al otro lado de la ciudad) y había pedido el monto debido como parte de su separación.

Era una suma de dinero considerable que le ayudó a empezar su negocio y seguirnos manteniendo.

Fue un verano que mi padre se fue, y que yo en realidad pensé que era un monstruo.

Mi madre nos contaba los mensajes de WhatsApp que se enviaban día con día, llenos de odio e insultos. Era algo que me llenaba de rabia. Pero al tenerlo lejos, podía yo pensar en mi propio futuro.

Durante ese verano, mi madre nos pidió a mi hermana y a mí que le ayudáramos a ajustar el local que había rentado para su negocio. Entre las cuatro, trabajábamos día y noche como albañiles para ponerle forma y color al lugar.

Al haberle hecho toda la identidad de la empresa, le hice el diseño de interiores para que más o menos estuviera ad hoc a lo que se buscaba dar como imagen. Obviamente esto cambiaría después, hasta mi madre ha hecho comentarios burlándose de que mi trabajó valió una mierda porque igual, ella no lo sigue.

En fin. El comienzo es difícil. Pero D y yo tratábamos de hacerle buena publicidad al lugar. Aprendí mucho del negocio, y al mismo tiempo me divertía. Las dos buscábamos hacer cosas nuevas con la imagen de la empresa para darle posición como los demás negocios hípsters que se hacían famosos en la ciudad. Yo quería ver a mi mamá como una gran entrepreneur. Todo el verano busqué hacer cosas interesantes para el negocio de mi madre, y no me importaba que no me pagaba ni un quinto... sólo quería verla triunfar.
A post shared by Bere (@bereweillschmidt) on


A post shared by Bere (@bereweillschmidt) on


A post shared by Bere (@bereweillschmidt) on


Entré a la escuela nuevamente. Me había postulado para conseguir una beca en Canadá, y mi madre me había prometido ayudarme. Estuve haciendo portafolios, preparando discursos, yendo a conferencias, todo por conseguir la beca. Mi director me anunció que había logrado conseguir una beca de más del 40%, lo cuál aún dejaba una enorme cantidad de dinero.

Me sentía culpable. Tenía un diario y escribía sólo que me sentía culpable por haber conseguido la beca. No me sentía... digna de obtenerla. No, señor. Decía yo, "¿cómo me la pudieron dar a mí? Si no soy tan buena..."

Tenía un amigo en aquel entonces que me echaba porras. Me decía que no debía sentirme mal por obtener la beca. "Tus padres deben de estar muy orgullosos, no es fácil conseguirla. Además, eres la mejor de la clase. Seguro que ya tenían eso en mente." El caso es que, a mis padres les importaba un pepino que fuera tan buena. No era algo relacionado a STEM, así que no importaba.

La amiga de mi madre, que por ahora llamaremos D, me felicitó y me dijo que ella y mi madre trabajarían arduamente para poder sacar las mensualidades de la escuela.

Apenas era Agosto, y yo tendría que irme el siguiente Enero. Me asustaba y me emocionaba al mismo tiempo.

"Mira te tengo que decir que si ayudo a tu madre a pagarte la escuela, tendré que hacer lo mismo por tu hermano y eso no está en mis presupuestos." Me dijo mi padre en cuanto supo. "Y no puedo darte a ti algo que no le podré dar a tu hermano porque no saca becas. No es suficiente lo que has hecho. Además, es artes. Quién paga tanto por eso." No podía responder, tenía tanto enojo y dolor.

Mi hermano no se esforzaba por nada, y yo buscaba salir adelante. Pero eso no le bastaba a mis padres.

"Tienes que cuidar el negocio y no quiero que te quejes de que tu hermano no ayuda porque te estoy pagando la escuela a ti." Me dijo mi madre anunciándome que se iría a NYC a finales de Septiembre. Le dije que tenía clases todo el día pero eso no le importó, yo debía de cumplir.

Septiembre fue el mes del terrible suceso.

Estaba en depresión, y D sólo me veía sufrir.
"Quiero decirte que tu madre ya sabía de esto pero me decía que no debía decirte."
"¿Qué ganaba con eso?"
"No sé. Ni la mamá de C estaba de acuerdo en que se te mintiera."
"Esto es una apuñalada por la espalda."
"No creo que tu mamá te deje sola ahora."
Pero mi mamá no estaba en la ciudad. Mi mamá no sabía ni lo que estaba pasando. Cuando se burlaron mi hermano y C en mi cara, me di cuenta que por más que trates de excusar sus acciones, no curan el dolor que te han provocado.

Mi mamá regresó de su viaje, y cuando habló conmigo, no paré de llorar por 4 horas. Le conté todo. Cómo lo había percibido yo y cómo había sucedido. Mi madre, en vez de apoyarme, sólo me dijo: "Hay cosas que se hacen por amor que tú nunca comprenderás porque eres otro tipo de persona. Si no dejas ser feliz a tu hermano, el monstruo eres tú. Tú eres la que estás mal, míralo. Deberías de estar feliz."
"Pero, mamá, él ni siquiera fue feliz por mí cuando conseguí la beca. Se enojó. C me lo dijo. Me dijo que no podía ni hablarme cuando se enteró por la envidia."
"Pues tú debes de serlo. Si esto lo llegas a decir a los demás, tú eres la que te vas a ver mal."

En menos de una semana, me metí un montón de pastillas decidida a terminar con mi vida.

Pero desperté.

Con temperatura y vómito, y un dolor en el abdomen. No podía seguir yendo a la escuela. Igual  y apenas podía levantarme. Me sentía derrotada emocionalmente. No hablaba. Me la pasaba en cama. Vomitando y sintiéndome mal. No me llevaron al doctor porque nadie tenía el tiempo de llevarme.

Casi repruebo la materia que cursaba, pero mi reputación me ayudó a que se me permitiera faltar más de lo debido. Nadie sabía lo que había intentado hacer.

Mi padre regresó, y al verme en ese estado me llevó al hospital. El doctor no pudo hacer mucho, ya que yo no decía mucho tampoco, y me mandó a casa con Pepto y licuados verdes por los siguientes días.

Mi hermana fue el más grande apoyo en ese momento. Poco a poco fui recuperándome. Mi hermana me alentaba y no me dejaba a solas. Seguía trabajando de forma online para el negocio de mi madre, pero ahora con mucho desgane.

Dejé de darle ideas, y de buscar cosas nuevas. Además de que ella me empezó a decir que nada de lo que hacía funcionaba. Que mejor buscara hacer algo que le funcionara a un negocio como el de ella.
Me gritaba y me hacía trabajar en medio de la escuela. Me empecé a frustrar, no me pagaba nada y me trataba como trapo. Ya no era divertido. Ver los colores del negocio, o hasta escuchar a mis amigos mencionarlo, me hacían rodar los ojos.

Le renuncié un día que me dijo que era "una payasa" por decirle que no estaba bien emocionalmente.
"La depresión no existe, hija, es cómo te tomas las cosas." Viniendo de alguien con una hermana que cometió suicidio era un golpe bastante fuerte. La página de mi madre empezó a declinar al igual que sus ventas.

Ya van a ser tres años de su apertura, y su negocio es un éxito. D dejó el negocio porque mi madre la empezó a empujar para correrla. Esto lo sé porque la escuchaba decir que ya no la soportaba (a pesar de sus más de 10 años de amistad) y que estaba esperando a que se saliera para no darle indemnización.

Mi hermana es la que ahora administra su negocio, y soporta todo lo que le hace mi madre porque a ella le paga semanalmente.

Una de las cosas más curiosas de esto es que mi madre siempre presume que todo su negocio lo empezó ella sola. Nunca menciona a D, a mi hermana o a mí. Nunca menciona que todas estábamos nerviosas porque no sabíamos si iba a funcionar o no. Nunca menciona las noches sin dormir en las que las cuatro estábamos pensando maneras de darle una buena imagen al negocio.

Y es que, hay personas que saben mentir. Pero con el internet, las mentiras no funcionan por siempre.




A post shared by Bere (@bereweillschmidt) on